Un espasmo glótico o laringoespasmo es un cierre repentino y fuerte de las cuerdas vocales, que impide el habla y el paso de aire hacia los pulmones. Es un reflejo de protección de la vía aérea, involuntario y transitorio, que se desencadena ante un estímulo agresivo, como el reflujo de ácido del estómago y del esófago hacia la laringe, que es donde se alojan las cuerdas vocales.
En ocasiones se desconoce la causa que lo produce y también se relaciona con estados de ansiedad. Los episodios son muy angustiosos y alarmantes, ya que el que lo sufre no puede respirar ni hablar. Sin embargo, su duración no es superior al minuto y no pone en riesgo la vida. Suelen ser episodios aislados, que no se repiten. En algunos casos los episodios se repiten varias veces durante un intervalo de tiempo de semanas de duración. En estos casos es conveniente que el otorrinolaringólogo haga una exploración de la faringe y la laringe, para comprobar que no existen anomalías en la vía aérea superior.
El tratamiento consiste en intentar mantener la calma durante los episodios, ya que estos se resuelven por sí solos al cabo de unos segundos. Si se sospecha reflujo de ácido del estómago, lo más importante es implementar una serie de medidas que mejoran el reflujo: no acostarse ni hacer ejercicio justo después de comer, dormir con la cabecera elevada o con un par de almohadas y evitar tabaco, alcohol, cafeína, cacao y alimentos ácidos, picantes o con exceso de grasa. También el médico puede iniciar un tratamiento con medicamentos que reduzcan la cantidad de ácido del estómago.
En conclusión, el laringoespasmo no pone en riesgo la vida, debe mantenerse la calma durante los episodios y se debe acudir a un otorrinolaringólogo para explorar la vía aérea superior y, si es preciso, indicar un tratamiento.